Una de las atribuciones del PUMA era la de fungir como agencia de la UNAM para atender los problemas ambientales y de sustentabilidad de la sociedad, brindando asesoría e implementando proyectos dentro y fuera de la UNAM.

Para nosotros fue una experiencia de gran valor porque nos permitió sumarnos a un equipo técnico robusto y experimentado para pulir nuestras habilidades de investigación, análisis y, sobre todo, gestión.

Por un lado, llevamos a buen término los proyectos bajo nuestra supervisión, los cuales eran de gran alcance e impacto, como lo fue el de una planta piloto para la generación de energía a partir de residuos sólidos orgánicos municipales en tres entidades de la república. Por el otro, adquirimos experiencia y ampliamos nuestro entendimiento en cuanto a la complejidad que adquiere una iniciativa cuando varias instancias participan.